8 de julio de 2010

 Si me ves que estoy perdida, o me sientes confundida, por favor acercate, abrazame. Si me sientes muy distante, o no río como antes, ven aquí extiende tu mano, abrazame. Porque estando aquí contigo ya no hay más miedo, sólo hay un camino y estás tu, sólo tu.
Tocame, abrazame, que me brilla el mundo cuando lo haces. Tocame, llevame, terminemos solos este viaje. Tocame, besame, así veo como el sol renace. Tocame, llevame, quiero estar sólo contigo.
Cuando una relación acaba, cuando debes recuparar todos los pedacitos que han quedado sueltos y reconstruir tu corazón, tu confianza, tu alegría, tus ganas, tu ilusión... De pronto aparece de nuevo la ilusión, tienes la capacidad de volver a enamorarte, tienes ganas, fuerza, tienes otra historia que escribir. Pero asaltan las dudas, la desconfianza, el pensar que te va a doler de nuevo el corazón, que te va a doler en la parte màs sensible, en la cicatriz que aún no se cerró bien. Quieres volver a confiar, quieres volver a emocionarte, quieres volver a saber lo que es el amor.
¿Cuàntas veces hemos querido desaparecer?
¿Cuàntas veces hemos imaginado el mundo sin nosotros?
¿Cuàntas veces hemos querido ser invisibles y ver el mundo sin ser vistos?
¿Cuàntas?...